Palenque es una ciudad deslumbrante que floreció principalmente entre los años 400 y 900 de nuestra era. Permaneció oculta en la selva durante muchos siglos.
Fue el epicentro de una poderosa dinastía a la que perteneció el notable rey Pakal.
Este sitio arqueológico alberga imponentes templos, palacios, plazas, tumbas y esculturas, así como inscripciones jeroglíficas que narran la rica historia del lugar. Designado Patrimonio de la Humanidad en 1987, Palenque se destaca como una de las ciudades más relevantes del periodo Clásico en el área maya, que abarcó desde el 250 hasta el 900.
La evolución de Palenque es fascinante, inicialmente comenzó como una aldea de agricultores y cazadores para transformarse con el tiempo en la capital de una influyente dinastía que gobernó una extensa región. Los vestigios de su poderío se manifiestan en plataformas, conjuntos ceremoniales, plazas, palacios, acueductos, mausoleos y unidades habitacionales. Estos complejos arquitectónicos proporcionan valiosa información sobre las funciones político-administrativas, rituales y residenciales que caracterizaron a esta magnífica urbe.
Hacia el año 800, se estima que la población de Palenque alcanzó alrededor de 8,000 habitantes. Sin embargo, a partir de ese momento, la ciudad experimentó un declive gradual y, un siglo después, quedó abandonada.
Aunque las razones precisas de su caída aún son objeto de especulación, Palenque sigue siendo un testimonio impresionante del esplendor y la complejidad de la civilización maya.
Sabías que…
Los abundantes depósitos de piedra caliza en los alrededores de la ciudad proporcionaron la materia prima para la construcción de edificios, la elaboración de estuco y la creación de textos e imágenes que decoraban el interior de los templos, así como para la fabricación de utensilios de uso diario como metates y morteros.
